La villa romana de Fuente Álamo (Puente Genil, Córdoba) abre al público por primera vez, desde que comenzaran las excavaciones y los trabajos de restauración en el año 2000.
El yacimiento contiene uno de los mosaicos más importantes de España, representa una villa residencial típica de las que se construyeron durante los últimos 5 siglos de dominación romana en el sur peninsular.
Antes de la presencia romana, se hallaron restos iberos. Muestra de ello son las vasijas de barro rojo que han aparecido y que fueron fabricadas en el sur de la Península 20 ó 40 años d.C.
Los restos más antiguos encontrados datan del siglo I d.C., concretamente de la época de Julio Claudia. Se trata de las termas públicas que eran utilizadas por plebeyos y esclavos.
Más tarde, sobre el siglo IV d.C., se produjo una gran expansión urbanística y se ordenó construir encima de estos baños la “Villa romana de Fuente Álamo”. La tercera época de la que se han localizado restos es la califal, que se inicia en el siglo X d.C.
En este periodo es cuando se construyó una almazara de aceite de oliva y una necrópolis de la que se han descubierto 150 tumbas. También diversas estancias de la villa decoradas con lujosos mosaicos, que eran utilizados para pavimentar suelos u ornamentar muros. Uno de los más importantes, el nilótico, se localizó en 1982 y en la actualidad se encuentra en el Museo Arqueológico de Córdoba. Se ha colocado una réplica en su lugar de origen.
“@iperea: La presidenta de la Junta @_susanadiaz visitando la Villa Romana de Fuente Álamo en Puente Genil, #Córdoba pic.twitter.com/RuOUCfyl0B”
— Magda Sevilla (@magda_sevilla) 25 de febrero de 2014
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