El edificio del Museo Arqueológico de Sevilla, fue construido para la Exposición Iberoamericana de 1929. Tenía la finalidad de albergar el pabellón de Bellas Artes. En 1942 se decide el traslado de las colecciones arqueológicas a este edificio.
El itinerario en el museo comienza en el Paleolítico Inferior, terminando en la Edad Media con los materiales árabes y mudéjares. Entre sus colecciones destacan las procedentes de la civilización romana: esculturas, mosaicos, vidrios, cerámicas y orfebrería. Destacando las esculturas de Hermes, Alejandro Magno, Diana cazadora, el torso del Diadumeno y la Venus Itálica.
En las primeras salas abundan la cerámica ibérica, en una de ellas se muestra el Tesoro de Carambolo, procedente del mítico reino de Tartessos.
Otras salas están dedicadas a piezas paleocristianas y visigodas, entre ellas la colección de sarcófagos, capiteles y cruces de oro. El mundo islámico mudéjar también está presente: destaca el gran fuste columnario grabado con el epígrafe fundacional de la primitiva mezquita mayor de Sevilla, la de Ibn Hadabas, donde hoy se encuentra la iglesia del Salvador.
El Arqueológico de Sevilla también cuenta con una biblioteca especializada en arqueología, un archivo escrito y gráfico que contiene información documental y un taller de conservación – restauración.
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— SuperInventos (@SuperInventos_) 28 de agosto de 2017
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