Las Termas Romanas de Campo Valdés (Gijón), están situadas en la falda del Cerro de Santa Catalina, donde se fundó la ciudad romana que daría origen a Gijón; uno de los puertos romanos más importantes del Cantábrico.
La estructura de las termas fue recuperada entre los años 1990 y 1994. Anteriormente ya se dirigió una excavación en el año 1903.
Estas termas de Campo Valdés eran de uso público, podían entrar incluso los esclavos, y tenían un precio módico. Las podemos catalogar del tipo pompeyano – campano, que fue introducido en Hispania a partir del s. I d.C. Este tipo de termas también las podemos encontrar en la Britania o la Renania.
Al principio este modelo tan práctico de termas, fue adoptado en los fuertes militares de las fronteras y transferido a ambientes civiles, urbanos y rurales. Durante el Bajo Imperio la ciudad se dotó de una potente muralla por el oeste y el sur.
Las Termas de Campo Valdés perdieron su función hacia finales del s. IV d.C. El edificio no se abandonó, sino que se reutilizó a lo largo de los s. V y VI como viviendas. La parte sur de las termas fueron utilizadas como basurero, en éste, se han llegado a encontrar materiales de Aquitania y de Oriente. Durante le Edad Media la zona se convirtió en un lugar de culto con su necrópolis.
La fecha que se le atribuye a este complejo está entre el s. I y el primer tercio del s. II d.C. Desde un largo pasillo [Pa] se accedía a una habitación cuadrangular de ambiente cálido [A], con restos de un hipocausto y tal vez de un horno (praefurnium). Esta estancia [A] podría ser un vestuario, al lado había una sala fría (frigidarium) [F] con una piscina de agua fría [Pi]. Junto a la sala fría, se encontraba una sala templada (tepidarium) [T1], donde se han hallado los restos de un hipocausto de columnas de ladrillos cuadrados o pilae. Al fondo de esta habitación se conserva el horno que caldeaba la estancia [Pr]. Junto a este tepidarium se encontraba otro [T2] calentado indirectamente por los pasos de calor que provenían del primero [T1]. El recorrido acaba en el caldarium [C], con sus dos piscinas de agua caliente (alvelus) [AL] y su horno (praefurnium) [Pr].
Esta fue la primera fase que se construyó. Con el tiempo se añadieron mas salas, en una fecha que no podemos precisar. Entre ellas destaca una sauna circular (sudatio) [S] que contaba con sus propios hornos [Pr]. A partir del s. II d.C. se añadieron un total de cinco estancias [D1, D2, D3, D4] que fueron decoradas con motivos geométricos y vegetales, cuyos zócalos se conservan bastante bien.
Se adosó una nueva habitación caliente [S1], que es la mejor conservada de todas las termas. En ella se distinguen los restos de un hipocausto de arquillos, las paredes se calentaban por medio de ladrillos huecos (tubuli lateciri). Esta sala de sudoración está considerada uno de los mejores ejemplos conservados en Hispania del sistema de hipocaustos de arquillos.
Las Termas de Campo Valdés eran mayores de lo que hoy conocemos. Ya que debajo de la vecina iglesia de San Pedro hay más restos arquitectónicos.
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