La “Operación Barbarroja” se saldó con 25 millones de muertos. No se sabía el día exacto, pero parece más que claro que Hitler se lanzaría tarde o temprano contra la URSS.
Stalin lo sabía, recibió decenas de informes de sus servicios secretos en los que advertían que Alemania estaba a punto de violar el pacto de no agresión firmado por los Ministros Von Ribbentrop y Molotov el 23 de agosto de 1939.
El 22 de junio de 1941, 3 millones de soldados alemanes con 70.000 cañones a lo largo de un frente de 1.600 kilómetros y apoyados por 2.700 bombarderos de la Luftwaffe, se lanzaron contra los soviéticos.
Stalin accedió a poner el ejército en alerta máxima sólo en vísperas de la invasión, debido a las presiones del mando militar soviético y del jefe del Estado Mayor, Konstantín Zhúkov, pero la medida llegó tarde. La URSS no estuvo preparada en el momento de la invasión.
Es posible que la desconfianza de Stalin, que dudaba de todos los que le rodeaban y de todas las informaciones que recibía, facilitase el avanza alemán durante las primeras horas. El dirigente soviético no tomó las medidas necesarias, al menos eso se piensa. Porque es posible que el mandatario comunista dejase entrar a los germanos para que fuese el “general frío” el que se hiciese cargo de ellos.
Una de las prioridades de la Operación Barbarroja era la toma de la ciudad símbolo de Leningrado, por parte de los alemanes y finlandeses. pic.twitter.com/ntjdbuXyCn
— MEMORABLE (@EsMemorable) 7 de septiembre de 2017
Deja una respuesta