El pantano de Relleu fue en su día un hito arquitectónico: la primera presa con arcos de bóveda. Esta infraestructura permitía aligerar los muros y aliviar la presión del agua. Las administraciones quieren rescatarlo y crear una zona de ocio con este añadido histórico.
En 1653, Felipe IV autorizó la construcción del pantano. El embalse empezó a funcionar en 1689 y se convirtió en el precursor de los pantanos modernos. Más de 350 años después, el Ayuntamiento del municipio busca fondos para restaurar y poner en valor uno de los tres pantanos más antiguos de España.
Se proyecta un plan de rehabilitación ambiental y paisajística; limpieza del entorno, eliminación de las especies exóticas y fomento de las autóctonas.
El muro de mampostería cuenta con 32 metros de altura, aunque inicialmente se construyó de 28 fue aumentado hasta las dimensiones actuales en el siglo XIX. Su longitud es de 34 metros.
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— iAgua (@iAgua) 1 de febrero de 2016
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