Debieron de ser una especie de “grandes almacenes” que se ubicaban a la entrada de Compostela. Fue hace 5 años cuando los propietarios de un inmueble, se toparon con varios silos llenos de escombro, excavados hace mil años en el suelo de su vivienda.
En 50 m2 fueron hallados 9 pozos, el más grande de 4 metros de hondo por 2 de diámetro. Uno era un pozo de agua; los demás, silos. Los arqueólogos creen que se usaban para guardar grano, hielo y otras mercancías. Los silos se han puesto en valor y podrán visitarse a partir de este verano.
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