El primer parque arqueológico de Cartagenaabrirá sus puertas el próximo viernes. Se tratan de 2400 años de historia en 12 mil m2 donde se dan cita ruinas carthaginesas, romanas, medievales y contemporáneas.
Ante todo, el Molinete, es un gran laboratorio para estudiar la evolución de la ciudad, porque aquí se encuentran ruinas de todas las épocas. Se han tenido que estudiar a fondo los grandes desniveles del cerro para hacerlo un lugar accesible.
Han sido conservadas un par de tapias de los prostíbulos y tabernas como testimonio de la trama urbana moderna del barrio construido en la más céntrica de las 5 colinas de Cartagena. Todo está cuidado con detalle, hasta las plantas seleccionadas. Se ha empleado flora autóctona: esparto, tomillo, romero, ciprés y morera.
Se han localizado restos del antiguo foro romano y de la muralla púnica, cuya existencia sólo estaba acreditada en las proximidades de la Plaza de Bastarreche. Ahora se sabe con certeza que los límites de la Quart Hadast que fundó Asdrúbal también llegaron al Molinete. La muralla púnica casi se superpone con otro trozo de pared defensiva romana, que podría ser la que levantó el general Publio Cornelio Escipión cuando conquistó la ciudad. Y a su lado, 2 tramos de dos murallas más: la inconclusa del Deán y la de Felipe II, levantadas a mediados del siglo XVI.
En lo más alto de la colina es donde se sucede la mayor concentración de vestigios. Allí donde el historiador Polibio situaba hace 23 siglos el gran palacio del carthaginés Asdrúbal Barca. De la existencia de ese edificio no hay evidencias claras. Otro de los grandes descubrimientos es un tramo de muro de andesita del siglo II a.C. que ha permitido abundar en el estudio del modelo antiguo de terrazas.
El Molinete es uno de los mejores miradores de la ciudad. Desde lo más alto es posible contemplar el cerro de la Concepción y la entrada al puerto. Está claro que los antiguos pobladores ubicaron allí por su valor estratégico; desde este pórtico los romanos tenían el control de la bahía, el istmo y la laguna que lo rodeaba. Un lugar de claro signo religioso, podemos decir que se trata de la acrópolis de Cartagena. Entre otros se encuentra el santuario ofrecido a la diosa Atargatis en el siglo II a.C., o un templo itálico porticado de planta rectangular del que ha sido reconstruido parte de su podio.
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