La pica era una lanza que podía medir desde los 3 hasta los 6 metros. En los piqueros radica la verdadera revolución militar de este periodo. Hasta ahora la caballería era la reina indiscutible de la guerra medieval.
Un grupo de infantes era un elemento frágil ante una carga de jinetes blindados, armados con gruesas lanzas a lomos de caballos acorazados. No había forma de parar una carga de caballería, hasta que se perfeccionó la técnica de los piqueros. Y la infantería ganó la partida.
El “hierro”, “moharra” o “punta” de la pica; podía tener forma de diamante (con cuatro caras planas), hoja de olivo o ser cónico. Normalmente se le colocaba un «travesaño” para facilitar la clavada y suelta del enemigo. Cuando avanzaban con las picas en posición horizontal al suelo, el tercio era prácticamente imparable.
Las picas se dividían en dos tipos: “picas secas” y “picas armadas” = “coseletes” o piqueros pesados. Las picas armadas eran la vanguardia del tercio. Las que estaban en las primeras filas. Ellas eran las encargadas de parar a caballería enemiga hincando la pica en el suelo y sujetándola con el pie (calar la pica).
Portaban también su espada atada al cinto, normalmente era de doble filo y no solía medir más de un metro para hacerse más ligera y transportable. Entre otras armas blancas estos piqueros solían portar dagas por si el combate llegaba al cuerpo a cuerpo. Cuando se combatía con la espada se luchaba de perfil, para juntar más las líneas y ofrecer menos blanco al enemigo.
Si quieres un consejo, la armadura que me había imaginado era la de un coselete pic.twitter.com/1JRvg8LFQr
— El sedicioso Crom (@ElPoderosoCrom) 14 de febrero de 2017
Un “coselete” completo estaba compuesto de las siguientes piezas:
Morrión o capacete (protección de la cabeza)
Peto (protección del torso)
Espaldar (protección de la espalda)
Gola o gorguera [protección de la parte baja del cuello)
Guardabrazo («hombrera», protegía el hombro, parte del pectoral, omoplato y parte del brazo)
Brazal o brazalete (protección del brazo)
Escarcelas o faldar (piezas en forma de lamas sujetas por una correa. Colgaban del peto, para proteger la zona comprendida entre la cintura y el muslo)
Manopla o guantelete (protección de las manos).
Los soldados “picas secas”, llevaban media armadura y a veces capacete o morrión. Llamados pica seca (picas más cortas), simple o sencilla porque estos soldados no portaban más armas que la pica: no llevaban espada, dagas ni otra arma blanca. Por esta razón eran más vulnerables y no se situaban en primera línea. Eran colocados en la zona central del tercio lejos del enemigo y se esperaba que no tuviera que combatir.
Si llegaba el caso en que los “picas secas” tenían que entrar en combate, se hacía un balance de la situación. Ya que si el tercio había perdido un número grande de coseletes y arcabuces (las cinco primeras hileras en combate), no debía esperarse más del escuadrón.
Más débiles pero a la vez más ágiles porque portaban poco peso, los “picas secas” abandonaban momentáneamente la formación y salían del tercio para hostigar al enemigo cuando se batía en retirada.
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