Los autores Alexandre Grimal y Anna Alonso, vuelven a escribir un libro dedicado a las pinturas rupestres de Alpera (Albacete). Con especial atención a la Cueva de la Vieja en el denominado Cerro del Bosque.
Sin embargo en este tercer libro, los dos estudiosos se han aprovechado de todo el material gráfico y de opinión por la conmemoración del centenario del descubrimiento de las pinturas. Aunque eran conocidas entre los lugareños, nadie sabía en el año 1910 de la importancia de aquel friso impreso en piedra con pigmentos rojos, en cuyo centro reinaba un personaje de piernas abiertas, coronado con penacho y armado con un arco y flechas.
A su alrededor se extendía toda una fauna de ciervos, toros, cabras y caballos, así como más arqueros y mujeres, muchos de ellos reducidos a trazos esquemáticos. Fue un maestro de primera enseñanza, aficionado a la arqueología, Pascual Serrano, el primero en tomar conciencia de las dimensiones del hallazgo, en un momento en el que apenas se conocían un par de yacimientos del arco levantino. Alertados por Serrano y por el marqués de Cerralbo, acudieron de inmediato los mejores especialistas de la época, Juan Cabré y el abate Henri Breuil, que no tardaron más de un mes en calcar y calibrar el alcance de las imágenes, trazadas por manos que vivieron 10.000 años antes.
Deers, bulls goats and archers are represented in this mural in "La Vieja" Cave in Alpera #Albacete #MNCN #RockArt pic.twitter.com/ViDswSB8UX
— MNCN Colecciones (@MNCN_Col) 28 de noviembre de 2015
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