Pues así fue. Los Reyes Católicos estuvieron excomulgados nada menos que tres años.
La historia fue la siguiente: en 1469 los dos príncipes católicos Isabel y Fernando habían decidido casarse para consolidar lo que sería el reino de España y mantener a raya a la nobleza de sus particulares territorios.
Como eran primos segundos necesitaban una bula papal y en aquellos tiempos dicho “permiso” podía tardar meses. Y tiempo es lo que les faltaba a los católicos para asentar su hegemonía. Así que decidieron casarse en secreto utilizando una bula papal falsa. Cuando la noticia llego a Roma, el papa Pablo II los excomulgó.
Hasta 1472 y tras varías negociaciones, no fueron perdonados por el papa Sixto IV. Este perdón fue posible gracias a las gestiones de Rodrigo Borgia (el más famoso de Los Borgia), que más tarde se convertiría en el papa Alejandro VI.
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