Las pinturas rupestres de la cueva de Altamira (Santillana del Mar) podría dejar de existir si se reabre a las visitas turísticas. Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de científicos, que han publicado sus resultados en la revista “Science”.
Cabellos que se caen, descamaciones de la piel, incluso la respiración y el mero movimiento de personas serían fatales para las pinturas. Después de un estudio que ha durado 15 años, los científicos han demostrado que el hombre, con su mera presencia, altera la temperatura, la humedad e incluso los niveles de dióxido de carbono. Lo cierto es que desde que la cueva permanece cerrada (en 2002), la situación ha mejorado bastante.
Lo ideal sería que las pinturas volviesen a un estado ambiental lo más parecido posible a las condiciones que tenía de forma natural, antes de su descubrimiento.
La situación de Altamira mejoró con su cierre al público (ahora se puede visitar una recreación exacta en el Museo Altamira) y también en 2007, cuando se instaló una segunda puerta que impide la entrada de aire caliente que causan la condensación y la corrosión.
Los investigadores recuerdan que en los años 70 la cueva recibió cientos de miles de visitas. Sólo en 1973 tuvo 175.000. Tres años más tarde era cerrada por primera vez debido al deterioro que experimentaban las pinturas.
Así permaneció hasta 1982, cuando se reabrió pero con un “númerus clausus” de 11 mil visitas al año. No fue una buena decisión, y volvieron a cerrarse. Y así permanece hasta hoy. El Patronato de Altamirael año pasado se planteó una posible reapertura. En un mes tomará la decisión.
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