Lalibela es un pueblo perdido en las tierras altas al norte de Etiopía. Alberga uno de los conjuntos arquitectónicos más impresionantes del mundo: una docena de iglesias talladas en roca viva, en bloques únicos bajo el nivel del terreno.
Las iglesias están talladas en piedra volcánica por los artistas del antiguo imperio de Aksum, allá por el siglo VII. El cristianismo llegó a Etiopía en el siglo IV y hoy sobrevive en su forma ortodoxa. El 60% de la población lo profesa, en plena tolerancia con el islam del 30% de la población.
Esculpidas en bloques únicos, sin ladrillos, madera ni argamasa. Como dicen los lugareños: «Construidas por Dios». Las más conocidas son Biet Medhani Alem “Salvador del Mundo”, la iglesia monolítica más grande del mundo y Biet Ghiorgis “San Jorge”, un bloque en forma de cruz.
Pero lo verdaderamente milagroso es que Lalibela ha permanecido incomunicada hasta hace una década, no había ni una carretera asfaltada que llegase al lugar.
What happens in #Africa, stays in Africa "Beta Giyorgis #church, curved out of solid rock in the shape of a cross, in Lalibela, #Ethiopia." pic.twitter.com/MFWEQOmD9b
— SRH-€ducation. (@KasiitaMark) 3 de noviembre de 2017
Sus templos siguen en activo como el primer día, acogiendo los ritos, plegarias y salmodias ortodoxas. Las ceremonias se desarrollan en idioma ge’ez, la lengua litúrgica oficial, del imperio Aksum. Y las personas del lugar siguen yendo a misa cada día. Las iglesias están unidas entre sí por retorcidos pasadizos y túneles hundidos en el subsuelo. Las paredes de roca, están decoradas con decenas de santos, ángeles y vírgenes de piel tostada pintados por artistas antiguos.
El mundo no tuvo noticias de este lugar durante siglos. El primer relato llegó a Europa por boca del capellán de la Embajada de Portugal en 1521. La ciudad santa de los ortodoxos etíopes siguió así sumergida en su sueño histórico hasta mediados del siglo pasado, cuando los investigadores repararon en ella. El camino lo abrió el arquitecto e historiador italiano Monti Della Corte tras una cabalgada de 50 horas en mula. En 1965 se crea el Fondo Mundial de Monumentos y elige la restauración de las iglesias de Lalibela para su proyecto inaugural.
[…] de X, que no están sin hacerme pensar, de alguna manera, en el negativo de las impresionantes iglesias ortodoxas etíopies. La intervención de Evol se vuelve lúdica cuando los visitantes se encuentran y se cruzan por […]