«Manio me hizo para Numerio»… muchos arqueólogos y filólogos identifican en esas cinco palabras la inscripción más antigua que se conoce en latín, concretamente latín arcaico de la época etrusca.
Datada en el siglo VII a. C., se halla incisa en la llamada Fíbula prenestina, una hebilla de oro de 10,7 centímetros que custodia el Museo Prehistórico Etnográfico Pigorini de Roma.
La fíbula fue hallada en la llamada Tumba Bernardini, un sepulcro de los siglos VIII-VII a. C. hallado en 1876 en Palestrina, un municipio de la provincia de Roma.
No ha faltado polémica sobre la autenticidad de la inscripción desde los años 80, a la que ahora con técnicas punteras, se espera poner fin de una vez.
El pasado lunes, la química Daniela Ferro, del Instituto italiano para el estudio de los materiales nanoestructurados, junto con el restaurador y profesor universitario de Ciencias Aplicadas a los Bienes Culturales Edilberto Formigli presentaron en el Museo Pigorini las conclusiones de meses de análisis. Observación con microscopios electrónicos y microsondas con rayos X, entre otras cosas para llegar a la conclusión de que la fíbula, y sobre todo su inscripción, son auténticas.
Fíbula prenestina, considerada el primer objeto con una inscripción en latín. S.VII a.C. pic.twitter.com/4zwSxd4hyE
— MF Arjé (@SenyorMas) 15 de octubre de 2016
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