La ciencia ha conseguido descifrar el misterio de “Moora”, la joven cuyos restos aparecieron en una zona pantanosa cerca de Hannover.
Un primer análisis de aquel cadáver bien conservado apuntó a una mujer de entre 17 y 19 años de edad que podría haber muerto en extrañas circunstancias, ya que algunos de los huesos presentaban deformaciones.
Los forenses advirtieron la presencia de sustancias propias de una momificación y así fue como el caso pasó al campo de la arqueología. Los arqueólogos realizaron la datación por, sorprendiendo a todos con una antigüedad de 2.600 años. La chica había muerto entre el 764 y el 515 a.C. Los investigadores, la bautizaron como “Moora”, dado que pantano en alemán se dice Moor.
Gracias a un equipo compuesto por paleontólogos, antropólogos y arqueólogos, sabemos por ejemplo que era zurda, que su cabello era pelirrojo y que vivió en lo que hoy es Baja Sajonia, en la Edad de Hierro prerromana, llevando una existencia llena de penurias y sufrimientos.
De niña sufrió al menos dos fracturas parciales de cráneo que tuvieron tiempo de soldar solas y padeció largos periodos de enfermedad, asociados a largos inviernos de privaciones. Las líneas de crecimiento de los huesos revelan que durante toda su infancia y adolescencia sufrió una desnutrición crónica y un ejercicio físico duro, que podría estar relacionado con el traslado de grandes vasijas sobre su cabeza.
Los paleontólogos han diagnosticado que tenía un tumor benigno en la base del cráneo, lo que terminó ocasionando una curvatura en la columna vertebral y una inflamación crónica en los huesos de las piernas. Cuando murió estaba desnuda, ya que no hay restos de ropa ni joyas. Su cuerpo no fue incinerado, según las costumbres funerarias de la época.
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