Durante los 500 años que abarcan el periodo entre el 1700 y el 1200 a.C. Oriente Próximo estuvo dominado por 5 grandes potencias: Egipto, Babilonia, Asiria, los Hititas y Mitanni. La ubicación de estos reinos en diferentes valles, condicionó sus relaciones y sus rivalidades.
Babilonia tenía sus ambiciones en Mesopotamia y con su rey más famoso, Hammurabi, llegó a su máximo esplendor. Pero a partir del siglo XIV a.C. empezó a ser blanco del reino asirio, al norte del valle entre el Éufrates y el Tigris. Asiria acabará por dominar toda la región mesopotámica hasta el siglo VII a.C.
Egipto vivía en un tiempo próspero llamado Imperio Nuevo, con faraones tan destacados como Tutmosis III y Ramsés II. Un tiempo de expansión y desarrollo, donde los faraones no se conformaron y quisieron controlar también Siria y la franja mediterránea, la bíblica Canaan.
Al norte de la actual siria surgió un gran reino llamado Mitanni, que se extendía desde el norte del Tigris hasta el Mediterráneo. Este reino, poblado por los hurritas, llegó a su máximo esplendor en el siglo XV y llegó a rivalizar con Egipto por la franja sirio-mediterránea. El conflicto lo solucionaron repartiéndose el territorio.
Poco recordados, los hititas plantaron cara a asirios y egipcios hace más de 3.000 años. Su capital estaba en Hattusa, actual Turquía pic.twitter.com/zGnjjkIIUo
— Viaje al Patrimonio (@viajepatrimonio) 4 de enero de 2017
Por último estaban los Hititas, un reino de origen indoeuropeo que tenía sus raíces en la península de Anatolia. Surgieron en torno a la ciudad turca de Hatussa en el siglo XVII. Pronto rivalizó con Mitanni por el sur de Anatolia y el norte de Siria. Sobre el XIV a.C., Suppiluliuma, uno de los reyes hititas más destacados, derrotó a Mitanni convirtiéndolos en un reino vasallo. El imperio Hitita sustituyó a Mitanni como rival de Egipto por el control de siria y la costa. Durante muchas décadas las ciudades estado Amurru y Qadesh, que formaban frontera entre los hititas y Egipto, fueron fuertemente disputadas.
Se puede decir que a finales del siglo XIV, Babilonia y Asiria vivían su guerra particular confinadas en el valle entre el Tigris y el Éufrates. Con lo cual quedaban dos potencias en el tablero de Oriente Próximo, que vivieron su particular “Guerra Fría”: Hititas y Egipcios.
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