El pasado 23 de junio, falleció en Sézanne (Marne) a los 92 años Christine Desroches Noblecourt, la mujer que fue decisiva en el traslado de los templos de piedra de Nubia, incluido Abu Simbel.
Nacida en 1913 en París, fue una leyenda del mundo de la egiptología y una mujer valiente, capaz no solo de formar parte de la Resistencia contra los nazis, entre otras aventuras ayudó a mantener escondido un paracaidista británico en el Louvre y estuvo detenida por la Gestapo, sino de discutir de igual a igual con personajes de la talla de Nasser, Malraux o De Gaulle.
Desroches Noblecourt nos deja la herencia de los templos milenarios rescatados de las aguas y una treintena de libros, en los que despliega su sabiduría y su amor por Egipto. Entre ellos destacan las biografías de Ramsés II, Tutankamón y Hatshepsut.
Cuando 1976, llevó la momia de Ramsés II a Francia para que la trataran de hongos, hizo que el avión que portaba al faraón diese una vuelta sobre las pirámides a fin de que el regio pasajero las sobrevolase como un verdadero hijo de Ra.
#InternationalWomenDay Christine Desroches Noblecourt, French egyptologist, first woman at the IFAO, curator […] pic.twitter.com/JM3XpdwqOW
— Angela Stienne (@Angela_stienne) 8 de marzo de 2016
Estudió en la Sorbona, trabajó en el Louvre y obtuvo dos doctorados en egiptología. En 1937 partió para su primera misión en Egipto, tutelada por su maestro Etienne Drioton. Fue la primera mujer miembro del IFAO, el Instituto Francés de Arqueología Oriental y la primera en dirigir una excavación, en 1938.
Imposible no recordarla, ya una venerable anciana, dirigiendo desde una silla bajo un parasol los trabajos en el Valle de las Reinas en busca de una perdida princesa ramésida… En 1954, se enfrentó al gran desafío de su vida: la campaña para salvar los monumentos nubios que iban a quedar sumergidos en el lago Nasser por la construcción de la presa de Asuán. «El destino era simplemente inaceptable» comentó. Finalmente, medio centenar de países participaron en la campaña y los templos y capillas nubios fueron salvados. Así que si van a ver esa doble maravilla que es Abu Simbel, tengan un sentido recuerdo para ella.
Organizó la exposición de los tesoros de Tutankamón en el Louvre que provocó una nueva egiptomanía y el renovado interés por el joven faraón. Y años más tarde, en 1976, otra dedicada a Ramsés II, con igual éxito cultural y mediático.
ARIEL says
GRAN LEGADO Y DIGNA DE SER CONOCIDA, RECONOCIDA, IMITADA, RECORDADA Y SEGUIDA…