Creados por Carlos I tras la reforma del ejército por la “Ordenanza de Génova” en 1536. El significado del nombre “tercio” puede tener varios orígenes.
En un principio un tercio estaba compuesto por 3000 hombres divididos en 12 compañías. Aunque según las necesidades la dotación podía ascender a los 8000 efectivos. Una de las mejores virtudes que tenía el tercio en el campo de batalla era la facilidad para dividirse en unidades más móviles hasta llegar al cuerpo a cuerpo individual.
El nombre “tercio” también nos recuerda los tres tipos de soldados que en el servían: piqueros, arcabuceros y mosqueteros. Posicionados en grandes formaciones cuadradas o rectangulares, dependiendo de la necesidad del combate. Si bien es cierto que “la vanguardia” del tercio era la zona más reforzada; el tercio podía presentar batalla por los cuatro costados. Haciéndose rotar incluso durante la batalla.
En definitiva, un “tercio” era una unidad de combate de infantería, que combinaba armas de fuego (arcabuz y mosquete) y armas blancas (pica, espada, dagas). Asimismo en ocasiones podía disponer de artillería (pequeños cañones transportables) y caballería. Aunque no era lo común.
Formación
El núcleo central del tercio era ocupado por el capitán y los abanderados de cada compañía. De manera que la bandera quedase lo más protegida posible.
La bandera, simbolizaba la propia persona del rey y el alma misma de la compañía. Siendo de enorme vergüenza el perderla en la batalla.
De hecho, las victorias se contabilizaban en muchas ocasiones tanto en enemigos muertos como en banderas ganadas.
Rodeando las banderas del tercio se posicionaban los tambores y pífanos. Eran los encargados de llevar las órdenes del capitán a base de toques, pues en el fragor de la batalla era imposible ordenar de viva voz.
Estos toques de tambor, también subían la moral de los hombres en combate. Entre los toques básicos estaba: marchar (más o menos rápido), parar, recoger (retirada), responder (al fuego enemigo), a la orden, batería, llamar, adelantar, volver las caras, parar, calar las picas…
Era la zona más segura del tercio; mientras que los tambores tocasen ordenadamente era buena señal, ya que el enemigo no había conseguido romper las líneas.
Seguidamente se agrupaban los piqueros, escoltados por los arcabuceros y mosqueteros, dejando libres a algunos de estos en lo que se denominaban “mangas”.
El escuadrón debía resistir la embestida por sus cuatro costados, por lo que los piqueros mejor armados (los coseletes, que disponían de mejores armaduras) formaban la vanguardia, ofreciendo su cara al enemigo. Mientras que las picas secas (no portaban más armas que la pica; sin espada, dagas ni otra arma blanca) ocupaban las posiciones interiores.
Las “mangas” eran parte fundamental de los tercios. Compuestas por armas de fuego principalmente arcabuces. Su posición inicial estaba en las esquinas del tercio, por donde era más vulnerable. Las mangas las formaban un número máximo de 300 arcabuceros para ser mejor gobernadas.
En estas mangas de arcabuceros residía el potencial ofensivo de los tercios. Se podían separar de este para hostigar al enemigo. Con la seguridad de tener en retaguardia un cuerpo firme donde refugiarse, y ser relevado.
Arcabuceros y piqueros se colocaban en filas unas tras otras. Los sargentos se repartían uno por fila, para poner orden durante el combate, y posibilitar la sustitución de los caídos por los soldados de la posición siguiente.
Fernando says
Sugiero una entrada sobre «la caza del mamut» y la «recolección de fruta» en la prehistoria (aunque creo que son todo conjeturas, no hay datos fehacientes)
MMM says
«Caza» y «Recolección», todo perfectamente documentado… Pensaremos una entrada con esa temática, amigo Fernando.
signifer says
hola, tengo mucha curiosidad por escuchar los toques militares de los tercios, aunque he oido que no se conservan, ¿es cierto?
¿se conservan atambores y pifanos usados por los tercios?
¿hay alguna asociación de memoria histórica en alguna parte que se dedique a reproducir un tercio?
gracias
Juan says
Hola
Yo donde únicamente veo algo de esto es en la recreación de la batalla de almansa
(Albacete)
Merece verla ,se recrea en torno a primavera
Se pueden ver vídeos en Youtube e internet
Antonio says
Otra suerte que utilizaban los piqueros era la de avanzar sin parar, picas hacia adelante la primera fila, un poco más altas la segunda, más la tercera, de modo que formaban una especia de erizo contra el que la caballería nada podía. Protegidos por las armas de fuego a los lados, los caídos eran sustituidos por el de la fila posterior. Así lograron fama de invencibles, y lo eran realmente.
Un saludo.