Científicos de de la Universidad de Tufts (USA) han localizado el rastro dejado en el fango de un pequeño insecto hace 310 millones de años. Se trataría de la huella más antigua encontrada de un ser vivo volador.
Este dato confirmaría que hace tanto tiempo ya había insectos que volaban. El yacimiento Wamsutta (Massachussets), fue localizado por primera vez en 1929 por un universitario. Allí quedó olvidado su hallazgo hasta 2010, cuando otro estudiante se topó con él.
La impresión sobre roca es la de un cuerpo de unos 36 milímetros de longitud con sus alas. Revela información sobre la morfología de los insectos, en un periodo del que escasean sus fósiles. El insecto posiblemente se quedó pegado al barro, pero logró escapar, dejando la huella de su cuerpo, alas y patas.
Los autores del hallazgo, creen que podría ser un efemeróptero, conocidos como efímeras por la corta duración de su vida, tan solo unos días.
El hallazgo ha sido publicado en la revista Proceedings of National Academy of Science (PNAS).
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