En febrero de 1938 el Ministro de Defensa, el republicano Indalecio Prieto quiso asestar un duro golpe a la flota nacional amarrada en Mallorca. Así ordenó al jefe de su flota, el Capitán Luis González Ubieta, torpedear los tres cruceros nacionales (Baleares, Canarias, Almirante Cervera) fondeados en la Bahía de Palma.
Para ello se organizaron tres grupos navales que debían de zarpar de Cartagena el 5 de marzo. El primer grupo estaba formado por tres lanchas torpederas mandadas por el soviético, Víctor A. Alafuzov. El segundo grupo, cuatro destructores (Almirante Valdés, Escaño, Jorge Juan y Ulloa), cuya misión era escoltar a las lanchas hasta Formentera donde las repostarían y las traerían de vuelta. El tercer grupo lo formaban dos cruceros (Libertad y Méndez Núñez) y cinco destructores (Sánchez Barcáiztegui, Almirante Antequera, Lepanto, Gravina y Lazaga) en misión de “descubierta” (reconocimiento del horizonte al salir y ponerse el sol para comprobar si hay enemigos).
Hacia las tres de la tarde, los destructores del segundo grupo partieron destino Alicante, con objeto de esperar a las torpederas. Poco después, González Ubieta, recibió un telegrama de Alafuzov, el cual le comunicaba su decisión de abortar la misión debido al temporal que batía la costa valenciana.
En ese momento, Ubieta, decidió mantener parcialmente la misión para ejercitar y mantener la moral de los marineros. Dispuso que el segundo grupo de destructores navegase hasta el cabo de la Nao y regresase a Cartagena. Por su parte, Ubieta, hacia las 16:30 y bajo su mando partió con el tercer grupo.
Dos días antes, dos cargueros italianos (Unbemendi y Aizcormendi) y un destructor (Tarigo), habían fondeado en la Bahía de Palma, a fin de que una flotilla nacional de tres cruceros (Baleares, Canarias, Almirante Cervera) protegiese su posterior derrota hasta Cádiz, bajo el mando de Manuel de Vierna.
Fuente:
Atlas de la Guerra Civil española. Fernando Puell y Justo A. Huerta. Madrid. 2007.
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