Se halla casualmente el resto más antiguo de un perro doméstico americano. Tiene 9.400 años y se ha encontrado en una cueva al sudoeste de Texas, dentro de heces humanas prehistóricas. Se calcula que el animal debía pesar entre 9 y 11 kg.
La ubicación del resto óseo junto a los desechos humanos prueba que los nativos americanos utilizaban perros domésticos como recurso alimenticio en época de crisis.
Estos animales eran sacrificados también en ritos y se cocinaban como un guiso. Los perros también contaban con el afecto de los nativos americanos y era normal enterrarles al morir, según descubrimientos arqueológicos de varios enterramientos de perros.
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