Depende de quien escriba la historia, se contará de un modo u de otro. Respecto a la Armada Invencible, no encontramos la misma versión por parte de escritores españoles que ingleses. Por ejemplo en lo que se refiere a buques y armamento.
Los nuevos barcos de la reina Isabel eran más esbeltos, con menor peso en las superestructuras de los castillos de proa y popa, de mayor agilidad en la maniobra, la capacidad de carga se había reducido en beneficio de la fortaleza del casco y del peso de la artillería, cuyo sistema de cureñaje y disparo había sido agilizado notablemente. Con más de 400 toneladas figuraban 65 navíos españoles y tan solo 17 ingleses.
Aunque las referencias clásicas asignan a la Armada española una artillería de 2.431 cañones, 1.497 de bronce y 934 de hierro, parece que las piezas de 4 libras, un calibre mínimo de alrededor de 8 centímetros, o más eran sólo 1124, frente a las 1972 inglesas. En los gruesos calibres, de 17 a 50 libras, 13 a 18.5, caros cañones (largos y de difícil y lento manejo) fabricados en las fundiciones de bronce, la ventaja era española, con 654 piezas contra 251; pero la superioridad inglesa en los calibres medianos y reducidos de largo alcance resultaba aplastante, 470 y 1721, respectivamente. En un combate a distancia, sin poder emplear su infantería de abordaje, la Armada española se batiría en condiciones de gran inferioridad y sólo podría escapar de la aniquilación si sus adversarios agotaban los proyectiles o la pólvora o si el efecto del impacto de los pequeños calibres no bastaba a producir daños irreparables en cascos y arboladura. Y esto fue exactamente lo que ocurrió durante los primeros días de agosto del 88 en los cañoneos del Canal de la Mancha.
Un gran número de estudiosos coinciden en que los españoles contaban con una muy deficiente munición y una pésima artillería. Entre sus cañones se pudieron verificar mucho tiempo después, algunos que no disponían del alma o estaban fabricados con defecto.
#TalDíaComoHoy en 1588 partía de Lisboa hacia el Canal de la Mancha la Armada Invencible al mando de Guzmán el Bueno. pic.twitter.com/CnZ6GOgpJv
— Hª & otras drogas (@Hyotrasdrogas) 28 de mayo de 2014
Finalmente, la mayor puntería de los proyectiles británicos que, en Gravelinas comenzaron a impactar de forma más contundente sobre los buques españoles, decantó la victoria final en favor de los ingleses. Mientras tanto los proyectiles de los españoles detonaban a mitad de camino o se desviaban o no detonaban, la mayoría de las veces.
Las tripulaciones británicas, muy homogéneas y expertas, estaban sometidas a rígida disciplina marinera y a un mando único. Sus mandos intermedios eran mucho más especializados, verdaderos marinos conocedores de la técnica naval. Los españoles no dejaban de ser sencilla y simplemente militares y, porque no decirlo, un tanto inexpertos.
Un artículo llamado La Armada Invencible escrito por Pedro Maestre Yenes, escrito en noviembre de 2008 dice:
«La mayor flota de los ingleses, porque, frente a lo que se ha venido diciendo y se ha insistido mucho en ello por parte de los cronistas ingleses, la flota inglesa no era insignificante y valerosa como pequeño David luchando contra el Goliat español, sino que era de 226 barcos modernos y construidos específicamente para la guerra naval. El desastroso armamento de la flota española que o era viejo y obsoleto o el nuevo estaba construido con una calidad pésima… No fueron los ingleses quienes vencieron a las escuadras de Felipe II, sino los elementos, aunque tampoco estos las deshicieron; no fueron los barcos ingleses, sino las deficiencias cartográficas, la debilidad y retraso de la industria siderúrgica propia, la carencia de una base naval en el Mar del Norte y la ciega y divina confianza del monarca en la capacidad de sus generales para resolver imposibles quienes derrotaron a las valerosas y disciplinadas tripulaciones de la Gran Armada”.
Fuente: ¿Qué fue la Gran Armada? por Pablo Martínez, Juan José Pallarés, Pedro José Sánchez y Pablo Victorio. Alumnos de Historia de la Universidad de Murcia.
Deja una respuesta