El 23 abril de 1945, aterrizó en el aeropuerto barcelonés del Prat, un avión Savoia Marchetti 84 con quince personas a bordo.
Entre ellas estaban los padres de Clara Petacci, amante de Mussolini y un tal Manzini enviado personal del Duce; que portaba dos cartas, una para Serrano Suñer y otra para Franco.
No sabemos, y es posible que no lo sepamos nunca, que decían las misivas. Pero lo que es probable es que Mussolini pensase en España como su último refugio.
El Duce siempre había mirado con recelo a Franco y su particular manera de hacer la guerra. También su amante se despachó bien en su diario contra Franco y los españoles:
“Ese Franco es un idiota, cree haber ganado la guerra con una victoria diplomática, porque algunos países le han reconocido, pero tiene al enemigo en casa”; “Los españoles son apáticos, indolentes, tienen mucho de árabes. Hasta 1480 en España dominaron los árabes, ocho siglos de dominación musulmana. Ahí está la razón de por qué comen y duermen tanto”.
Bordighera, Italy, Franco meeting Mussolini, February 1941. pic.twitter.com/amp7PQKLJW
— LORDMC (@Lord_MC__) 6 de septiembre de 2017
(Diario de Clara Petacci, 22 diciembre 1937).
Pese a estas opiniones, se conoce que desde 1942, el Duce, había estado enviando a España numerosas joyas y dinero. El garante de estas inversiones era el propio Serrano Suñer. Según los servicios de inteligencia americanos, en las maletas que portaban los Petacci a su llegada a España se encontraban 80 millones de lira en joyas, 6 millones en abrigos, 5 millones de francos y 300.000 francos suizos en efectivo.
Lo cierto es que Mussolini nunca pudo disfrutar de sus “ahorros”; cuatro días después de la llegada de sus “suegros” fue detenido junto con su amante por los partisanos. Fueron ametrallados y después colgados en una gasolinera en Milán.
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