Según las últimas investigaciones, el ejército alemán durante la II GM fue cómplice directo de los crímenes de las SS, al contrario de la opinión general que se tenía.
Hay muchas cosas de la II GM que las conocemos por los testigos principales de los hechos: los soldados y veteranos. Estas visiones de primera mano pueden parecer irrefutables, pero hay que tener en cuenta el problema que presenta “la deformación de los hechos” a veces involuntaria, por la necesidad de los autores de presentar una imagen digna, respetable y justificada de los actos durante la contienda.
Según transcripciones británicas y americanas de conversaciones grabadas ocultamente a soldados alemanes en prisión, estos no ocultaban el más mínimo remordimiento humano ni ético ante las torturas y exterminios del III Reich. Es cierto que ha este estado llegaban los soldados al tiempo, después de haber tomado una rutina casi diaria.
El holocausto y los campos de exterminio aparecen con poca frecuencia en estas conversaciones. No se sabe si por ignorancia o por consentimiento general.
Por otro lugar, se han investigado las cartas que desde el frente enviaban los soldados a sus familias. Evidentemente eran una versión de la guerra adulterada que naturalmente ocultaba muchas cosas para no preocupar a los que vivían la guerra en la retaguardia.
Fuente: “Soldaten”. Neitzel y Wetzer.
14/10/1941, URSS: tras duros combates los alemanes ocupan la parte occidental de la importante ciudad de #Kalinin situada en el río Volga. pic.twitter.com/57hPIDuwWC
— III Reich en guerra (@IIIReichguerra) 19 de octubre de 2017
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