Se tardan 2 horas en recorrer la distancia que separa Melilla de Annual viajando en coche. Annual era una trampa mortal para cualquier ejército: rodeado de montañas y barrancos, sin agua…
El general Juan Picasso intentó concienciar de la situación, redactó su famoso Expediente que nunca llegó a ser leído en el Congreso. El general contabilizó 13.636 muertos. Rupert Furneaux, autor de “Abd el-Krim emir of the Rif”, dice que murieron 18 mil combatientes.
Para hacernos una idea de cómo debieron ser aquellos días, podemos acudir al informe que redactó el general Cabanellas cuándo meses después recuperó una de las posiciones: “Acabamos de ocupar Zeluán, donde hemos enterrado 500 cadáveres de oficiales y soldados… no puedo menos que enviar a ustedes mis más duras censuras. Creo a ustedes los primeros responsables. Han vivido ustedes gracias a la cobardía de ciertas clases, que jamás compartí. Que la historia y los deudos de estos mártires hagan con ustedes la justicia que merecen…”.
Al oeste de Annual se sitúa la Loma de los Árboles, cuya ocupación por parte de las cábilas rifeñas supuso un gran revés para el general Silvestre. Desde que las tropas españolas se instalaron en Annual, los Regulares al amanecer salían de batida hacia ese monte para despejarlo de rifeños, pero en la mañana del 17 de julio de 1921 no pudieron completar la patrulla porque el enemigo había aprovechado la noche para fortificarse. Aquel día los que huyeron fueron los Regulares y empezó la tragedia del cerco a Igueriben.
El 22 de julio de 1921 se produce el "Desastre de Annual" las tropas Rifeñas (lideradas por Abd el-Krim) masacran al Ejército Español pic.twitter.com/GXCy69ADfK
— Juan Tomás (@JuanTomas_92) 22 de julio de 2017
El general Silvestre seguía las operaciones desde el puesto de mando situado a 5 Km. Se comunicaba a través del heliógrafo: un espejo acoplado a un trípode que con la ayuda de la luz emitía señales en morse.
Cuando los españoles iniciaron la huida llegaron al angosto camino del barranco de Izúmar. Aún sigue en pie el pozo donde murió el coronel Morales, jefe de Asuntos Indígenas y gran conocedor de lo que ocurría entre las cábilas puesto que hablaba perfectamente árabe. Enfrente, el lugar dónde la tradición dice que cayó Silvestre.
En su repliegue, la columna de Navarro es atacada por la retaguardia y por los flancos. Al llegar al cauce del río Igán, completamente seco, el Regimiento Alcántara de Caballería salió en su defensa dándose uno de los episodios heroicos que tuvo el gran desastre. No quedan restos del puente por el que cruzaron a galope, pero la explanada, sirve para hacer una idea de cómo debieron ser las escaramuzas. Los 4 escuadrones de sables y uno de ametralladoras del Alcántara, al mando de Fernando Primo de Rivera, acabaron cargando al paso una vez agotadas sus fuerzas.
Navarro sigue camino hasta Monte Arruit, donde llega el 29 de julio buscando refugio. Los soldados portaban a los heridos en pésimas condiciones.
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