Primera Guerra Mundial. Cuando las brigadas del general Von Emmich, llegaron al Mosa descubrieron que los puentes habían sido destruidos. Los alemanes intentaron cruzar el río, la infantería belga abrió fuego. 25 mil belgas pusieron en fuga a 60 mil alemanes. Aunque al anochecer los germanos cruzaron el río más al norte, este fue el primer fracaso para el ejército más potente del mundo.
La ciudad de Lieja tenía un anillo de 12 fuertes que abrían las carreteras para entrar en Bélgica. Estaban ideadas para evitar el paso sobre el Mosa a cualquier invasor, viniese de la dirección que viniese. Estos fuertes dominaban el espacio entre la frontera holandesa y las colinas de las Árdenas. Sus puentes proporcionaban el único paso múltiple por el rio Mosa y el enlace de 4 líneas ferroviarias que unían Bélgica, Alemania y el norte de Francia. Hasta que estos puntos no fueran conquistados los alemanes no podían realizar ningún otro movimiento.
Con la idea de no servir de pretexto a los alemanes; la orden belga para construir trincheras, alambradas y talar árboles para defender los espacios intermedios entre los fuertes de Lieja; se retrasó y no fue dada hasta el 2 agosto. Cuando empezó el ataque, los belgas no estaban lo suficientemente preparados.
Los alemanes, creyendo que los belgas solo ofrecerían una resistencia de compromiso, no llevaron consigo sus cañones estrella: el mortero de 12 pulgadas (305 mm) construido por la Skoda y el cañón de 16,5 pulgadas (420mm) fabricado por la Krupp, considerado “un cañón de dimensiones gigantescas y de un poder destructivo enorme”. Hasta el momento los cañones más grandes que existían eran los navales británicos de 13.5 pulgadas.
Fuente: “Los Cañones de Agosto”, Barbara W. Tuchman. 1962.
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