Hablar de ella es hablar de la Alejandría de los siglos IV y V d. C. Hipatia encarna uno de los personajes más fascinantes dentro del ocaso del Imperio Romano. Le tocó vivir un momento histórico muy difícil, con la presión de los bárbaros en las fronteras del Imperio y la corrupción instalada en las instituciones romanas.
Su libros no han llegado hasta nosotros, solo conocemos los títulos de algunas de sus obras. Sin duda debido a las persecuciones que sufrió su figura y su filosofía; si nos planteamos ésta cacería solo tenemos que imaginarnos la biblioteca de Alejandría en llamas.
Pero sí podemos decir que conocemos un tanto el legado de Hipatia. Reflejado en los textos de sus discípulos, sobre todo de Sinesio, del que sí han llegado hasta nosotros sus obras. También podemos conocer un poco más a Hipatia a través de un libro muy relevante para la historia de la ciencia: Almagesto de Claudio Ptolomeo, que ella misma y su padre prepararon y mejoraron.
La línea filosófica de Hipatia va desde los pitagóricos y Platón, pasando por Aristóteles, hasta los neoplatónicos de Plotino. En torno a ella se congregó un nutrido círculo de discípulos, procedentes de regiones muy distantes del Imperio, atraídos por la intelectualidad de la alejandrina.
Mantuvo un diálogo abierto con el cristianismo emergente y mostró una profunda apertura hacia el evangelio. Hay que tener en cuenta que su más cercano discípulo, Sinesio, llegó a ser obispo de Cirene.
Frente a la inestabilidad social que se vivía, Hipatia, llegó a liderar un grupo de notables alejandrinos que intentó poner freno al caos de las revueltas, en las que el cristianismo fue manipulado y utilizado como arma. Por desgracia no consiguió que el pensamiento y el diálogo se impusiera a la barbarie, murió lapidada a manos de un grupo de fanáticos.
Las verdaderas aportaciones a la ciencia de Hipatia de Alejandría, la legendaria matemática y astrónoma griega. https://t.co/ZqfAbL4wTQ pic.twitter.com/EXRIUIOCUw
— Materia (@materia_ciencia) 9 de octubre de 2017
Fuente: Filosofía y ciencia en Hipatia. Pedro Jesús Teruel.
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