Una tumba cristiana intacta del siglo I en Jerusalén, ha revelado una serie de osarios de piedra caliza que están grabados con una inscripción en griego y una única imagen iconográfica. Se trata de la evidencia arqueológica cristiana más antigua.
La tumba es de modesto tamaño y está cuidadosamente tallada en roca en una de las cuevas en las que era habitual enterrar en Jerusalén entre el año 20 d.C y el 70 d.C.
Los científicos han indicado que la inscripción griega de 4 líneas en el osario hace referencia a que Dios «asciende» a alguien, mientras que la imagen tallada muestra lo que parece ser un pez grande con un hombre en su boca. Esta figura evoca a la historia bíblica de Jonás.
La figura bíblica de Jonás está relacionada con la resurrección. Así, las imágenes de Jonás son habituales en los inicios del llamado arte cristiano y, por ejemplo, se ha hallado en catacumbas romanas. Según han destacado los arqueólogos, los motivos relacionados con esta historia son los más comunes en las tumbas cristianas como símbolo de la esperanza de la resurrección.
La tumba hallada ahora, es anterior al 70 d.C, cuando el osario en Jerusalén se dejó de usar tras la destrucción romana de la ciudad. Es posible incluso, que la tumba sea anterior a la redacción de los evangelios.
? Jerusalén, un viaje que te dejará huella ¡¡ Descubre los rincones de esta legendaria ciudad, la ciudad antigua, la ciudad nueva y Belén ? pic.twitter.com/K4uClKZOi4
— Viaje Hoy Ecuador (@viajehoyec) 27 de septiembre de 2017
Deja una respuesta