En un suburbio de Praga (República Checa) se ha descubierto una curiosa sepultura: los restos de un hombre (2.900 ó 2.500 a.C.) enterrado de una manera reservada a mujeres de la Edad del Cobre.
La cabeza apuntaba hacia el este y estaba rodeado de utensilios domésticos, un ritual sólo descubierto en tumbas femeninas.
En los enterramientos en la tardía Edad de Piedra y la Edad de Bronce, los hombres eran tradicionalmente enterrados hacia el lado derecho, con sus cabezas apuntando hacia el oeste, y las mujeres hacia su lado izquierdo con sus cabezas apuntando hacia el este. Ambos sexos colocados en posición de cuclillas.
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