La aventura comienza el 15 noviembre de 1899. Churchill se dirigía en un tren junto con el ejército británico hacia la ciudad de Estcourt.
El tren fue atacado por los Bóers. El joven Churchill, defendió el cargamento del tren y fue hecho prisionero.
Lo encerraron en un campo de prisioneros en el Estado de Pretoria. Esta experiencia no amedrentó al joven de tan solo 25 años, ya que bien como corresponsal o como periodista, Churchill había estado en la Guerra de Cuba, la rebelión pastún de la India en 1897, los conflictos en Sudán en 1898 y ahora la II Guerra Anglo-Bóer en Sudáfrica.
Él y otros internos comienzan a preparar la huida y es en la noche del 12 de diciembre cuando, aprovechando un descuido de los centinelas, saltó por la vallas de la prisión y se dirigió a la estación del ferrocarril de Delagoa. Se coló en un tren de mercancías escondido entre unos sacos de carbón. Después de esto dejó el tren, y anduvo unos 500 Km andando durante 6 días de noche y escondiéndose de día. Al fin llegó a Lorenzo Marqués.
El 2 de enero de 1900, Churchill sorprendió al mundo con un telegrama, en el que relataba su odisea.
Churchill (far right) was photographed during his captivity in Pretoria. Imprisonment did not suit him. pic.twitter.com/jMhEijxg41
— Iris Haussmann?? (@OranjeSwaeltjie) 22 de agosto de 2017
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