Sin duda el mayor problema que tenía España en la guerra de Flandes era la dificultad para mandar tropas al campo de batalla.
Por mar era más que peligroso, ya que franceses e ingleses dominaban sus aguas celosamente. Por tanto se creó un corredor militar entre los dominios españoles del norte de Italia y los Países Bajos; se aprovecharon los territorios pertenecientes a la monarquía española como: Lombardía, Franco – Condado y el Luxemburgo español.
También se utilizaron los terrenos de los aliados españoles: Génova, Saboya, Lorena y el Obispado de Lieja. Así se creo una eficaz ruta: el “Camino Español”. Se estrenó en 1567 por el Duque de Alba. El viaje desde Barcelona a Flandes se podía realizar en el plazo de un mes y medio.
En 1622 empieza a desmantelarse el “Camino Español”, cuando el Ducado de Saboya firma un tratado con Francia, que implica el final del paso de las tropas españolas por su territorio. En 1633, los franceses ocupan el Ducado de Lorena (que había permanecido neutral desde 1547), logrando cortar todo contacto español con Flandes
La monarquía española buscó una alternativa: pasar por Valtelina y el Tirol. Pero los franceses logran expulsar de la zona a los españoles en 1637. Con estos acontecimientos se asesta un duro golpe al dominio español en Flandes, y se va debilitando a los Tercios que allí combatían.
El Camino Español a Flandes partía desde #Cartagena. https://t.co/WonmfZ95Og @elcaminoespanol pic.twitter.com/gimQGLl5LA
— DailyMur (@DailyMur) 26 de abril de 2017
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