Todo comenzó en octubre de 1962. Fue el propio José Luis Uribarri, quien en una de las cavidades situadas en el trazado de la Trinchera del Ferrocarril localizó diversos huesos fosilizados. Al lugar se le bautizó como Trinchera, sin diferenciar como hoy entre los yacimientos de Galería y Gran Dolina.
En junio de 1968, Ulibarri escribe una carta a su colega Francisco Jordá: “unos 700 metros antes de la localidad de Ibeas de Juarros (Burgos) y a 200 metros a la izquierda de la carretera, en unas tierras labradas, he encontrado numerosos sílex, la mayoría de buen tamaño. Muy pocos trabajados. De gran importancia. Similares a los primeros que aparecieron en 1962, pero de apariencia más antiguos».
Atapuerca cumple 50 años. Era una época en la que poco o nada se conocía sobre la Evolución Humana, la Paleontología y la Arqueología en España Los primeros científicos que llegaron, al que hoy es uno de los yacimientos más importantes de toda Europa, lo hicieron sin medios, por casualidad y sin la ayuda económica de ninguna administración.
En el verano de 1964 la primera campaña de excavaciones; apareció el primer bifaz del que hay constancia y se dató en el Paleolítico Inferior, entre otras cosas. El resto es por todos conocido.
Hoy ☕ y ? con @Papel_EM: 40 años de Atapuerca… y el 99% de los fósiles siguen enterrados https://t.co/Ul4tGL7jGv pic.twitter.com/8aRYaIutCa
— Roberto Sáez (@robertosaezm) 10 de diciembre de 2017
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