Las obras para levantar el pabellón Fernando Portillo de Cádiz han sacado a la luz una necrópolis fenicio-romana, que arranca en el siglo V a.C. y llega hasta el siglo V de nuestra era.
En total son 68 enterramientos (52 inhumaciones y 16 incineraciones), algunas con sus ajuares. Los arqueólogos han documentado una gran tumba de sillares fenicia, que fue expoliada siglos después por los propios romanos.
Las inhumaciones se localizan en fosa simple, “tegulae” (tejas), en cista y bajo ánfora. Las cremaciones se documentan en fosa, urna y asociadas a estructuras de sillares de pequeño tamaño.
De los ajuares localizados destacan agujas de vidrio y ungüentarios de cerámica y vidrio, algunos con restos de la pintura original, askoi de tradición púnica, lucernas de disco y volutas con decoración variada, (de temática teatral, de gladiadores…), además de amuletos y colgantes de cerámica y pasta vítrea.
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