Unas excavaciones en la plaza del Pedró (El Raval de Barcelona), han permitido hallar los restos de una sandalia caliga romana.
Las caligae eran pieza fundamental del equipamiento de los legionarios romanos. De gran agarre, les permitían marchar en extenuantes jornadas. Incluso se usaban como armas ya que algunas tenían las suelas clavetadas.
La sandalia del Raval apareció durante la intervención arqueológica preceptiva al efectuarse unas obras de mejora urbanística que suponían la apertura de una zanja. En el tramo de esa zanja en la calle de Sant Antoni Abat se identificaron siete estructuras funerarias correspondientes muy probablemente al área de necrópolis situada a lo largo del trazado de la vía romana que atravesaba la ciudad. En una de esas sepulturas, una tumba en caja de tejas, apareció parte del ajuar del difunto, del que quedaban algunos huesos: una botella de cristal y restos de su calzado, concretamente las tachuelas (clavi caligarii) de la suela.
La sandalia barcelonesa muestra, a diferencia de otras caligae halladas, una disposición de las tachuelas lineal y apiñada. La cronología del enterramiento sitúa la sandalia en el siglo II, una imperial sandalia.
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— Servei d’Arqueologia (@arqueologiabcn) 24 de abril de 2015
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