Arqueólogos de la comarca alicante realizarán un estudio de toda la arquitectura militar de la Guerra Civil que existe en la Vega Baja. Trincheras, refugios antiaéreos, polvorines, casamatas o nidos de ametralladoras.
El objeto es documentar los sitios, para que formen parte del Catalogo de Bienes Culturales de la Consellería de Cultura.
Posteriormente, se pretende instar a los ayuntamientos en cuyos términos municipales se sitúan los restos para que se acondicionen, se rehabiliten y se pongan en valor.
Con el objetivo final de elaborar una ruta comarcal que permita visitar los emplazamientos.
Se tienen localizados diversos restos sobre todo, en los cabezos situados al sur y en el margen derecho del río Segura: Guardamar del Segura, Rojales, San Miguel de Salinas y Benijófar.
También en la zona costera entre Torrevieja y Torre de la Horadada y en el casco urbano oriolano donde destacan, al menos, cuatro refugios antiaéreos.
La abundancia de estos restos, a lo largo y ancho el Bajo Segura, se debe a que el gobierno de la II República decidió crearlos en 1937, formando un cordón defensivo, con el objeto de contener un posible avance hacia Cartagena en el caso de un eventual desembarco en Santa Pola o Torrevieja por parte de los nacionales. La Guerra convirtió al sur de Alicante y Cartagena en los últimos reductos republicanos.
En estas fechas, sobre 1937, fueron construidas las tres líneas defensivas de la Vega Baja: de posición avanzada, de resistencia, y de reserva. Cerros con trincheras, polvorines, nidos de ametralladoras, observatorios y abrigos con blindaje de hormigón. Incluso en estos planes se contemplaba la posible voladura del puente de hierro de Guardamar del Segura en caso de retirada.
Restos búnker de la defensa costera república en la guerra civil española en R. Loix de Benidorm (Alicante) España. pic.twitter.com/ZJb3CmdeZZ
— José Miguel (@PuntAlbir) 24 de octubre de 2013
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