En 359 Filipo se dedica a unificar los diferentes principados alrededor de Pella. Comienza la difusión de monedas de oro y plata acuñadas con la efigie del rey; gracias a los recursos mineros obtenidos en Tracia. Se organiza un ejército cuya infantería se recluta entre los campesinos y la caballería entre los nobles. Este ejército se refuerza con mercenarios contratados a precio de oro.
En Egipto, las monedas difunden la imagen del joven conquistador. Aquí se le caracteriza con los cuernos de un carnero; símbolo del dios egipcio Amón.
Entre los lugartenientes más valerosos de Darío se encontraba Mazeo, sátrapa de Siria. Su efigie aparece en monedas acuñadas en Cilicia y Fenicia
El rey indio Poros, se enfrentó a Alejandro para mantener su independencia y establecer su hegemonía en la India del norte. En este decadracma de plata aparecen los dos reyes en combate; uno a caballo y el otro sobre un elefante.
Para resaltar las victorias de Alejandro en la India le representaron frecuentemente tocado con los despojos de un elefante.
Tras la muerte de Alejandro, los territorios son reagrupados bajo dos mandos: uno ejercido por Ptolomeo en Egipto; el otro, desde Asia menor hasta el Indo, bajo el mando de Seleuco. Los nuevos reyes hacen acuñar moneda con su efigie.
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