Dentro de los documentos del archivo personal del presidente Alcalá-Zamora, se encuentran referencias a las tensas relaciones que mantuvieron la República y la Iglesia Católica. Alcalá-Zamora era en junio de 1931 presidente del gobierno provisional y católico practicante, esto le convertía en el enlace perfecto entre los prelados y los políticos.
Cardenales y Arzobispos le mostraron su rechazo a las reformas que venían con la constitución republicana, entre otras: secularización de cementerios, supresión de cuatro órdenes religiosas, supresión de misas y símbolos religiosos en el ejército, cárceles, colegios, hospitales… etc. Al amparo de las nuevas leyes algunos alcaldes imponen tasas por tocar las campanas o multan por llevar crucifijos en público. En definitiva, se relegaba a la Iglesia al plano privado y personal. La situación va empeorando y comienzan los primeros atentados contra iglesias y curas.
La jerarquía eclesiástica protesta personalmente a Alcalá enviándole una carta fechada en Roma el 3 de junio de 1931. Otra carta que sí se conserva en el archivo del presidente es la que le envió el Cardenal Segura, arzobispo de Toledo, en protestando cuando el gobierno le expulsó del país.
Hace 85 años los alcaldes roncaleses recibían la visita del presidente de la República Niceto Alcalá-Zamora. (Foto: https://t.co/GoTwWGIF4p) pic.twitter.com/K5sCvAtsqL
— Bidankozarte (@bidankozarte) 16 de septiembre de 2017
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